Del 6 al 13 de febrero el Grupo Espeleológico Argentino (GEA) realizó una campaña exploratoria en la cordillera de Los Andes, en el departamento Malargüe de la provincia de Mendoza. El objeto de la misma fue evaluar el potencial espeleológico de los afloramientos de yesos y calizas jurásicas que existen entre las nacientes del arroyo El Deshecho y la laguna Cajón Grande, donde realiza exploración minera la empresa Meryllion Argentina S.A. 
La importancia de procesos kársticos en altura o “Andes kársticos” son reconocidos e incorporados a estudios y bibliografía consultada recién en los últimos tiempos; en relación con los fenómenos de deshielo.

Para acceder al sitio, ubicado a unos 20 km al sur de Las Leñas, se contrataron mulas y caballos, realizando una travesía por el valle del arroyo El Desecho hasta sus nacientes para cruzar a la cuenca del arroyo Cajón Grande.
Para la ejecución de los trabajos se estableció un campamento en el valle de Cajón Grande, cerca de la laguna homónima, desde la cual partieron a caballo las exploraciones hacia distintos puntos de interés, previamente teledetectados en imágenes satelitales de alta resolución espacial, y mapeados mediante un sistema de información geográfica (SIG).
Participaron de esta campaña del GEA: Horacio Costa, Walter Calzato, Mariana Paparás, Silvia Sicilia y Gabriel Redonte, acompañados por el geólogo José A. Cires, y tres baqueanos. Las exploraciones, arrojan como resultado el 
descubrimiento y relevamiento de una decena de cavidades, principalmente en yesos.

El estudio se enfocó principalmente en los afloramientos de la Fm Auquilco y en menor medida de la Fm La Manga, de edad jurásico tardío ambos e integrantes del Grupo Lotena, asociado a un ciclo sedimentario de extensión regional.De las cuevas se destacan la caverna Cajón Grande, de unos 125 m de desarrollo, que posee un lago temporario en su sala principal, de 30 x 40 m de lado, al cual se accede mediante un talud de 10 m de desnivel; y la caverna Osvaldo Martínez, bautizada de esta manera en homenaje a nuestro socio y amigo fallecido pocos meses atrás.

Esta última se abre en el fondo de una dolina, comunicando distintas galerías, muchas de ellas con indicadores de circulación de agua por conducción forzada, con un desarrollo estimado en unos 200 m. Todas las cuevas descubiertas fueron referenciadas con GPS y croquizadas a fin de catastrarlas e informarlas al inventario de la Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza.
Este proyecto significó un desafío especial por tratarse de una exploración en una zona remota y hasta hoy vírgen para la espeleología. No habría sido posible sin la cooperación de la empresa Meryllion Argentina S.A. Los datos obtenidos permitieron registrar las cuevas en el catastro Nacional de Cavidades Naturales que administra la Unión                                                                                                    Argentina de Espeleología (UAE).

 

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